miércoles, 12 de febrero de 2014

Hoy ya no se si es indignación, impotencia o cualquier otra cosa...


Hacía mucho tiempo que no escribía en este mi antiguo blog, pero sencillamente la mañana de hoy lo amerita.  Deje de escribir sobre la cotidianidad porque se convirtió en una queja perenne, en una molestia, y de alguna forma decidí dejar de quejarme (al menos por escrito) y tratar de reforzar lo positivo, de allí que haya comenzado las iniciativas que desde hace un tiempo han podido seguir...

Hoy ya no se cual es el sentimiento, ya no se que es lo que se siente cuando recibes noticias como la de esta mañana...  "Mueren dos policías de Baruta mientras frustraban un secuestro, uno de ellos, José Palma; el otro, su compañero..."

Se preguntarán y dirán, "¿ por qué lo afecta ?, esto ocurre todos los días..."

El domingo pasado, tuve un percance con mi carro, eran las 9:00 PM, transitaba sobre la prados del este con mi hija y el carro decidió que no rodaría más, tuve que parar... piensas en los miles de cuentos, las miles de anécdotas, motos van y motos vienen;  es imposible no pensar cosas como "hoy me toca a mi, es muy posible que pase a formar parte de la estadística".  No soy dado a relacionarme con la policía ni con ninguna fuerza pública, 15 años de abusos y malas experiencias (no personales, pero si de tus conocidos) hacen que dudes en todo momento en contactarlos, siempre tienes el temor de que sea peor un policía que un malandro; y más cuando en esa misma semana, la policía nacional asentada en Altamira impunemente me matraqueó en plena luz del día ante los ojos ciegos de todo el mundo.  Todo se te revuelve, la impotencia, la arrechera, la indignación, el miedo, pero nada es más fuerte que el sentido de supervivencia que se activa mientras ves la cara de tu hija cuando te pregunta: "Papá, ¿ que vamos a hacer ?, de inmediato anulas los sentimientos que estorban, liberas la adrenalina y comienzas a tomar acciones, el celular se convierte en tu primera herramienta y haces las llamadas de rigor, entre esas llamadas mi esposa me recuerda que hace un par de días recibimos un mail con los números de teléfono de los cuadrantes de nuestro municipio, ¿ por que no llamamos ?.  En paralelo, mientras el seguro trata de pescar alguna grua -según cuenta el gruéro solo estaban trabajando 3 en toda caracas y ademas atienden a Guarenas-, decidimos llamar a la policía, era un número celular, atiende directamente un funcionario de polibaruta que iba a bordo de su patrulla, era José Palma, le explicamos la situación: varados, poca luz, autopista solitaria, acompañado de una menor... y en no mas de dos minutos (si 2, 120 segundos) José llegó al lugar junto a su compañero, recién tomaban su turno.  Hacen preguntas de rigor, tratan de auxiliar, nos damos cuenta que definitivamente es mejor esperar una grua que seguir mientras ellos me escoltan y comienzan de inmediato a tomar acciones; un sujeto sospechoso que acechaba desde hacia unos 20 minutos es abordado por ellos y lo hacen circular; mientras espero la grúa, deciden acompañarme y se plantan en el sitio.

Por esa mala costumbre que tenemos los venezolanos, o al menos yo, comenzamos a conversar y a divagar sobre las cosas de la vida, cuentas sus anécdotas, yo las mías, dan sus recomendaciones, son cientos de cosas que te dejan con la boca abierta... les pregunto, ¿ cómo pueden ser policías en un país como el nuestro ?, en una ciudad como Caracas... Y su compañero respondió, "sencillamente nos toca, alguien debe hacer algo, usted tiene que entender dos cosas, los choros salen a hacer su trabajo y lo hacen muy bien, el nuestro es tratar de frenarlos y hacerlos que ese día fracasen, pero solos no podemos ustedes también deben tratar de cuidarse";  y de esa frase arrancó una larga conversa que demoró alrededor de unos 40 minutos; sonrientes, decentes, educados, este par no parecían policías (perdón por quienes son honestos y al igual que ellos respetaban su oficio, pero es el concepto que tenemos en este país) y ese día, cambiaron mi percepción, al menos de la policía de Baruta, ese día comenzaba a creer que si es posible medio enderezar las cosas en este país, "aun queda gente decente que puede ayudar a arreglar este desbarajuste", me dije.

La grúa llegó, un inmenso "GRACIAS" acompañado de un fuerte apretón de manos y la sonrisa de mi hija fascinada "con la policía que nos cuido" (como ella contaba un par de horas después) fueron la única recompensa que recibieron de nuestra parte esa noche.

Ayer, por cosas de la vida y por la falta de repuestos de calidad -no hace falta que les cuente el porque- el carro vuelve a fallar y se repite la misma escena, esta vez rodando por los caminos verdes -aunque deberíamos cambiarle el color a rojos- y la situación era mas tensa, repetimos el procedimiento y al llamar recibimos esta respuesta: "dennos un segundo, estamos en medio de una situación de secuestro", pasan los minutos, y la zona cambia de color, se siente tensión, mucho movimiento y un motorizado nos da una alerta "no estén aquí parados junto a los carros, si pueden irse váyanse", asumiendo el riesgo, decidí rodar, las niñas duermen en el asiento trasero, ya es muy de noche, esta ves -o mejor dicho nuevamente- la suerte esta de nuestro lado y llegamos a casa sin mayor problema, pensar en las recomendaciones de aquel par de policías y en sus anécdotas me motivaron a tomar una decisión que por el resultado puedo decir hoy, fue la correcta.

Esta mañana enciendo la radio, inicio mi rutina como todos los días, está hablando el alcalde... está contando acerca del secuestro frustrado el día de ayer... cuenta en detalle todo lo ocurrido...  recuerdo solo esta parte del relato, "los secuestradores al verse acorralados en la autopista, deciden dar vuelta  en U, y condujeron en sentido contrario por impactando de frente a la patrulla que los seguía, los funcionarios no pudieron abandonar la patrulla luego del impacto y murieron calcinados..."; vibra mi celular y un mensaje en mi wathsapp decía "los policías muertos en el incidente del secuestro de esta madrugada son los que te auxiliaron el domingo"...

No puedo decir que lloré, pero se me arrugo algo, la sensación fue terrible, aquel par de "muchachos" murieron haciendo "lo que les tocaba hacer" -como lo dijeron aquel día-, reviso en las noticias y eran efectivamente José y su compañero... todo coincidía, aquel domingo me decía: "mañana entregamos turno a las 7:00 AM, dormimos parte del día y el martes por la noche, nos toca nuevamente"; solo Dios sabía que sería su último turno...

Mi sensación, esa que no se describir, no es por ellos, sino por sus chamos, tras la muerte de ellos dos, quedan huérfanos una niña de meses y a un chamo de unos 5 años -según conversamos aquella noche-; a diferencia de Maya -la hija de Mónica Spears- las mises no abrirán un fideicomiso para garantizar su educación, nadie llorará a sus padres, sus abuelos no tienen ni el dinero ni los medios para sacarlos de este infierno y que Mickey y el tío San mitiguen el dolor de todo lo que esto implica; lo peor, sus padres no son famosos y no se castigará a nadie y la vida continuará como si nada hubiese sucedido.  Mi sensación es por ver como la impunidad reina en un país, donde el cupo electrónico es más importante que la vida; donde los estudiantes son reprimidos y trasladados en helicópteros militares a centros de reclusión, mientras que a los malandros se les otorgan zonas de paz;  un país donde encontrar mostaza es noticia; un país donde cambiamos pistolas de alto calibre por "Canaimitas"; una nación que se convirtió en un circo lleno de payasos como Roque Valero que solo tratan de generar controversia para ganar la popularidad que su talento no fué capaz de darles.

Hoy mi sentimiento no tiene nombre, pónganle el que quieran...
 
Solo les pido un favor, ya no quiero escuchar más frases derrotistas y conformistas, "perdiendo se gana", "el tiempo de ...", "va a caer, porque...", "veremos un nuevo amanecer..." bla, bla, bla...

Hoy solo tuve fuerzas para hacer una cosa, mirar al cielo y preguntar, "¿ El tiempo es perfecto para quien bro ?..." -apenas y pude hacer una foto- y esta fue la respuesta...










3 comentarios:

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. No viví lo que tú sí en días pasados, pero mi indignación de esta mañana al enterarme de la noticia fue el saber de la muerte injusta de los 2 oficiales de Polibaruta.

Ricardo Arispe dijo...

Gracias por escribir Mónica, lamentablemente es nuestro día a día, lo triste es saber que nos estamos acostumbrando...

Olivia dijo...

Que lamentable suceso, que triste es pensar que nos sentimos tan desprotegidos, sin garantía a la vida, con la inseguridad que se desborda día a día tras los sucesos como este, y que por mas que queremos ser optimistas, vivimos lo contrario. Me solidarizo a sus familias por el dolor que los embargan, Dios consuele sus almas.